Los millennials también creen en los santos. Felipe Camiroaga, Jorge González y Morrissey son algunos de los nombres que han sido retratados por Rocío Beas, una artista que toma lo mejor de dos mundos: lo humano y lo divino.Rocío Beas es artista visual de la Universidad de Chile y profesora. Desde noviembre del año pasado que se metió de lleno en este mundo de los corazones sagrados y las figuras catolizadas de personajes paganos. “Este emprendimiento nace por la necesidad de llevar arte en un formato más accesible para todos, por lo mismo, empecé a trabajar imágenes de iconos pop y los llevé a objetos cotidianos para el hogar”, reflexiona. Sean tazas, platos decorativos o tote bags: puedes llevar a un Felipe Camiroaga de la suerte. Rocío dice que usó este arte como revancha, luego de haber trabajado 10 años en un colegio católico, en donde su experiencia no fue de las mejores: “La Iglesia Católica nos metió en la cabeza ciertas figuras católicas, yo tomo eso y hago mis propios santos que, para mí, realmente son los santos de hoy. ¿Cómo catalogarías tu trabajo? —Mi trabajo es una la mezcla de movimientos artísticos como el kitsch y el pop art. En ese sentido, ¿qué opinas del giro Kitsch de los jóvenes? —Me encanta que se considere lo antiguo, lo vintage como un objeto de valor sentimental, y que al capitalismo y al consumismo se les tuerza la mano en algún momento. Creo que es importante dar el valor de lo antiguo como por ejemplo al patrimonio arquitectónico. No todo es desechable. No todo es Mc Donald. Tú como profesora, ¿les entregas ese mensaje a tus estudiantes? —Hoy en día a los jóvenes les gusta saber de todo y ese todo incluye el arte también. Y todo eso se da con educación cultural. ¿Quiénes son los principales interesados en participar en tus talleres? —Sí, hago talleres también. Generalmente son personas que les gusta el arte pero no se dedican profesionalmente al rubro. He tenido dentro de mis talleres a psicólogas, abogados, estilistas, profesoras de música, etc. Es muy lindo porque es un momento de relajo en donde puedes compartir con nuevas personas. El arte es súper terapéutico.Se tiende a pensar que los platos decorativos son adquiridos principalmente por señoras. Tal vez eso sea sólo un mito, por eso resulta necesario saber: ¿Cuál es el perfil del cliente que compra tus productos? —Al showroom llegan distintas personas a comprar platos: la hija lo compra para el cumple de su mamá, personas que coleccionan vajillas antiguas, o mega fans de Morrissey o de algunos de los personajes que ilustro. El público igual es algo alternativo porque son platos antiguos y su contenidos apuntan a ciertos nichos. ¿Cómo cuales nichos? —Casi siempre llegan al showroom buscando cosas de Lemebel o Jorge González, por ejemplo. ¿No será de mal augurio retratar a Jorge González y a Morrissey como santos si aún están vivos? —Eso pensé cuando hice a Jorge González, pero también considero que es importante hacer los homenajes en vida. En el caso de Jorge (González) creo que es una persona súper relevante dentro de la historia de Chile, y quiero que él vea mi trabajo. Hay algunos que se han ganado el título de santo antes de morir. También haces santos a pedido, ¿Cómo es el proceso de selección de los santos? ¿existe algún personaje que no ilustrarías? —Suelo hacer ídolos que son de mi gusto personal. A veces me encargan determinadas figuras y, si me gustan y considero que realmente son santos, lo hago (ríe). Y sí, hay personajes que en mi vida ilustraría. ¿Cuáles? —No retrataría a Pinocho, ni a Raquel Argandoña, ni a ningún facho. Ellos no son santos. Y así como santificas, ¿demonizarías a algunos? —De hecho, ya tengo pensado hacer los jinetes de la Apocalipsis: serían Pinocho, Piñera y Guzmán. Por el momento no me he metido con ellos, si los haría sería sólo por placer. No creo que nadie quiera tenerlos colgados en su casa.
https://www.theclinic.cl/2018/10/29/el-templo-del-pop-el-nuevo-fenomeno-de-los-santos-kitsch/